Carcinoma de próstata
El adenocarcinoma de
próstata es la forma más frecuente de cáncer en hombres junto con el cáncer
colorrectal. Es más habitual en mayores de 50 años de edad.
Los andrógenos tienen un
papel importante en el desarrollo del cáncer ya que permiten el crecimiento y
supervivencia de las células cancerosas prostáticas por inducción de los genes
que inducen estos procesos.
Uno de los biomarcadores del cáncer de próstata es el antígeno prostático específico (PSA).
Uno de los biomarcadores del cáncer de próstata es el antígeno prostático específico (PSA).
Surge en la mayoría de los casos, en la periferia de la glándula y posterior, por lo que se lo puede palpar durante el tacto rectal. El tejido se ve arenoso y firme.
Por extensión puede afectar al tejido periprostático, vesículas seminales y base la vejiga.
Las metástasis se diseminan por vía linfática a los ganglios obturadores y finalmente a los paraaórticos.
La diseminación hematógena es principalmente los huesos y son osteoblásticas.
La mayoría de las lesiones son adenocarcinomas que producen patrones glandulares bien definidos con glándulas más pequeñas que las benignas y revestidas por una sola capa uniforme de epitelio cúbico o cilíndrico bajo ya que la capa basal se pierde. El estroma entre glándulas es menor “patrón back to back”.
Morfológicamente el patrón más importante para el diagnóstico es la ausencia de células basales.
La mayoría de los cánceres próstata son
asintomáticos y se descubren por la presencia de un nódulo sospechoso en el
tacto rectal o por la elevación del PSA sérico. Suelen aparecen lejos de la
uretra por lo que los síntomas urinarios son tardíos y similares a los que
aparecen con la hiperplasia benigna. La biopsia transrrectal es la confirmación del
diagnóstico.
Clasificación: se utiliza el sistema de Gleason mediante
el cual los cánceres se clasifican según el grado de diferenciación glandular.
El grado 1 es aquel en que los tumores están mejor diferenciados y las
glándulas neoplásicas son uniformes de aspecto redondeado y forman nódulos bien
delimitados.
El grado 5 representa tumores sin diferenciación glandular con células neoplásicas que infiltran el estroma en forma de cordones.
Para determinar el grado tumoral se observa el tejido y se asigna un grado al patrón dominante y otro grado al segundo patrón más frecuente. Ambos se suman.
En caso de que exista sólo un patrón, el número de grado otorgado se multiplica por dos.
En caso de que haya tres patrones, se suman el más frecuente y el más alto y se obtiene la puntuación.
El grado 5 representa tumores sin diferenciación glandular con células neoplásicas que infiltran el estroma en forma de cordones.
Para determinar el grado tumoral se observa el tejido y se asigna un grado al patrón dominante y otro grado al segundo patrón más frecuente. Ambos se suman.
En caso de que exista sólo un patrón, el número de grado otorgado se multiplica por dos.
En caso de que haya tres patrones, se suman el más frecuente y el más alto y se obtiene la puntuación.
Los tumores mejor
diferenciados tienen puntuación de gleason 2 (1+1) y los peor diferenciados,
Gleason 10 (5+5).
Las puntuaciones van de 2-4 en cánceres bien diferenciados, 5-6 en grado intermedio, 7 en cánceres moderadamente o mal diferenciado y 8-10 en tumores de alto grado.
Lo más común a la hora de diagnosticarlos es encontrar los tumores en puntuaciones Gleason de 5-7.
Las puntuaciones van de 2-4 en cánceres bien diferenciados, 5-6 en grado intermedio, 7 en cánceres moderadamente o mal diferenciado y 8-10 en tumores de alto grado.
Lo más común a la hora de diagnosticarlos es encontrar los tumores en puntuaciones Gleason de 5-7.
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